Son 8 kilómetros que se pueden realizar en automóvil o siendo parte de una agradable cabalgata que nos acercará hasta la lengua frontal del glaciar, cuyas morenas han impreso su coloración sobre el nacimiento del río Manso.
Un paisaje casi lunar, que contrasta con las laderas nevadas del cerro y la coloración verde intensa de la vegetación que circunda este sector.
Es constante el ruido proveniente de los desprendimientos de hielo que alimentan la laguna sur, mostrando este glaciar que está en franco retroceso y que, en muchos sectores, ya ha dejado sus sedimentos al descubierto.
Este ruido es el que ha apoyado la denominación de este macizo: “el Tronador”, la montaña más ruidosa de nuestra Patagonia.
Aconsejamos consultar en el puesto de Parques Nacionales los horarios para realizar el trayecto de ida y vuelta, si se desplazan con vehículo propio.