La altura promedio de estas sierras es de 500 o 600 metros sobre el nivel del mar. Geológicamente esta zona pertenece al plegamiento varíscico y los sedimentos encontrados allí muestran que nuestro continente estuvo unido al africano, coincidiendo el geosinclinal que les dio origen con los producidos en las montañas del sur de África.
Dentro de la República Argentina este sistema se relaciona con la Precordillera y las sierras de Ventania. El ambiente es sumamente árido, con precipitaciones anuales de alrededor de los 400 mm.
El clima es árido de sierra con oscilaciones térmicas muy marcadas, ya que durante el invierno la media está entre los 7 y 8 °C y en el verano puede ascender a 26°C.
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El término con que se conoce esta zona significa en lengua mapuche “Sierra de la Vida”.
Es evidente que estas sierras tenían un significado importante para los aborígenes del lugar, muestra de ello son las pinturas rupestres que se han identificado dentro de su territorio.
Los valles de Lihué Calel fueron ocupados por los aborígenes como sitio de rastrillada en la época de la Campaña del Desierto, ya que allí paraban con el ganado saqueado a las estancias blancas antes de dirigirse hacia la cordillera.
También esta zona del parque fue ocupada por los primeros jesuitas que se aventuraron en la zona, muestra de ello son algunos restos que perduran hasta nuestros días.
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La máxima altura la representa el Cerro de la Sociedad Científica que asciende 600 metros, muchos turistas se empeñan en ascenderlo y hacer cima.
Todos los trayectos están señalizados, en la entrada hay una sede de guardaparques que pueden proporcionarte información sobre los senderos que están habilitados y los servicios con que cuenta el lugar.
Estas sierras recogen el agua de las escasas precipitaciones y forman una serie de arroyos que permiten el crecimiento en los valles regionales con flora autóctona que se basa en caldenes y sombra de toro.
Pero si hay una comunidad que se destaca dentro de este ambiente es el jarillar, que puede manifestarse como planta herbácea o transformarse en un arbusto que llega a los 2 metros de altura. Son característicos por su coloración amarilla que inunda sobre todo las zonas más bajas de este sistema orográfico.
Gran variedad de aves tienen en este ecosistema su lugar de residencia, entre los que se destacan los halcones y caranchos.
Se han identificado numerosos grupos de ñandúes que se trasladan a gran velocidad entre los jarillares.