En 1945 llegó el ferrocarril con su innovadora trocha económica de 75 centímetros de ancho.
Si bien hasta el año 1993 se utilizó como medio de transporte para los trabajadores y familias que debían transladarse hasta Ingeniero Jacobacci, Río Negro; hoy el turismo hace posible que La Trochita sea un punto de interés turístico.

Desde Esquel la excursión de La Trochita une ésta localidad con Nahuel Pan, distante 20km. A lo largo del trayecto las vistas panorámicas parecen especialmente diseñadas por la Naturaleza para que podamos tomar fotos impecables.
En Nahuel Pan se desciende del tren y podrán visitar grupos de artesanos que venden productos regionales.

En el mes de septiembre se lleva a cabo la famosa Fiesta Nacional del Esquí que tanto turismo atrae todos los años. Los medios de elevación datan del año 1997, fueron comprados a Francia y han permitido ampliar las pistas y la altura sobre todo para los más avezados esquiadores que visitan la zona.

Este centro invernal ubicado a 14 kilómetros de Esquel, cuenta con una extensión de 150 ha. Se destaca por presentar el mayor nivel de nieve durante el período invernal y además la posibilidad de esquiar hasta muy entrado el mes de octubre.

Permite desarrollar este deporte en pistas que pueden superar los 5 kilómetros de longitud. Se puede acceder en la actualidad hasta los 2100 metros de altura, utilizando los más modernos medios de elevación. Los valores que tiene este centro son accesibles y considerados como los más económicos de la Patagonia Argentina.
La zona cuenta con un hotel en la base, hostería, confiterías, restaurantes de primer nivel y una de las escuelas de esquí más destacadas del país.

El parque presenta un escenario donde predominan los lagos glaciarios unidos entre sí por una multitud de ríos pequeños y caudalosos. Todo esto en el marco que ofrece la Cordillera de los Andes y con un paisaje que, por momentos, transforma el bosque patagónico en una verdadera selva en estratos amparado en el alto nivel de precipitaciones que recibe la zona anualmente.

Este Parque Nacional ocupa unas 263.000 hectáreas, fue creado en el año 1937 con la finalidad de preservar en el lugar los milenarios ejemplares de Lahuan o alerce y es considerado por los grupos aborígenes como un árbol sagrado.

La palabra “lahuan” para el pueblo mapuche significa “el abuelo” y no es para menos, teniendo en cuenta que la antigüedad promedio de estos ejemplares que se encuentran en el parque es de 2500 años.

El trayecto más interesante se realiza por vía lacustre: recorriendo primero el lago Futalaufquen hasta el lago Verde. Una vez desembarcados se visita un sendero de 800 metros por un bosque impresionante, se arriba al Puerto del Chucao donde abordaremos otra embarcación que se dispondrá a recorrer el Lago Menéndez. Allí, el paisaje es impresionante con la vista de los glaciares que presenta la cima del Cerro Torrecillas cuya coloración cambia según el momento del día.

Este lago posee 3 brazos y está coronado en el centro con una isla, la cual bordearemos hasta desembarcar y llegar al motivo principal de nuestro viaje: se trata de “El Alerzal”. Estos ejemplares tienen un diámetro aproximado de 2,5 metros, con una altura cercana a los 60 metros y una antigüedad de 2500 años. Representa uno de los 4 alerzales existentes en el mundo como verdaderos relictos. La zona se puede recorrer y admirar por medio de pasarelas de madera a los efectos de no alterar con la presencia humana los restos de un bosque que fue mucho mayor en superficie y ejemplares y que, a lo largo de la historia del poblamiento patagónico, ha sufrido numerosas alteraciones.

Si bien es una excursión bastante exclusiva por sus valores, la recomendamos por la belleza sin igual que presenta el conjunto de lagos y bosques recorridos.

Ubicado sobre la RN 40, en el kilómetro 1440, distante de Esquel unos 90km. El Museo Leleque es un lugar de visita obligado para entender la historia poblacional de la región patagónica y conocer un poco más sobre un pasado a veces olvidado, un presente dormido y un futuro que no debe perderse.

Hacia mediados de la década del 90, un antiguo poblador de la zona: el señor Pablo Korschenewski, dió comienzo a lo que pronto se transformaría en el actual Museo Leleque. Todo surgió con la idea de unir pedazos de historia que mostraban el pasado de los pobladores que habitaron la patagonia chubutense.

Se encuentra dividido en 5 salas, de acuerdo a las exposiciones que presenta:
- Sala I: Pueblos originarios. Consta de hallazgos arqueológicos producidos en la zona, con una antiguedad de más de 10.000 años

- Sala II: Encuentro de los dos Mundos. Nos muestra de cerca la llegada del hombre europeo a la zona y el impacto del encuentro de las dos culturas.

- Sala III: Transformación de la Sociedad. El crecimiento de la fuerza europea sobre el indio, la colonización propiamente dicha, la expropiación de tierras y reorganización de las mismas... sucesos que impactaron en las familias indígenas y marcaron el futuro de las 2 culturas...

- Sala IV: Los Pioneros. La llegada de inmigrantes sirio libaneses, chilenos, norteamericanos y europeos produjo nuevos cambios en la sociedad patagónica de ese entonces. Una nueva fusión cultural...

- El Boliche: Se trata de un anexo del Museo, en el cual se ve recreado, según las décadas del ´20 y del ´30, lo que sería una despensa.

Estamos, una vez más, frente a un hecho impresionante de la naturaleza. Esta cuenca reúne infinidad de lagos que se interconectan, gira insospechadamente hacia el oeste y finalmente vierte su caudal en el Océano Pacífico, definiendo así una impresionante divisoria de aguas que durante mucho tiempo ha traído muchos inconvenientes limítrofes entre Argentina y Chile.

Entre los años 1973 y 1978 se llevó a cabo en nuestro país un proyecto que tenía como finalidad el aprovechamiento de esta zona para la obtención de energía hidroeléctrica, teniendo en cuenta los desniveles que marcaba la cuenca lacustre fluvial.

Así surge, a tan sólo 18 kilómetros de Trevelin, esta majestuosa obra de ingeniería que puede ser recorrida en forma individual o con un guía del lugar. Un fabuloso camino en zig-zag nos hace ascender hasta la parte superior de la represa, donde se puede observar el lago Amutui Quimey, en lengua mapuche significa “belleza perdida” y reúne las aguas de la cuenca en un lago artificial de gran envergadura.

Una compleja obra que toma el agua del Río Futaleufú la embalsa en un túnel que atraviesa una montaña y que representó el mayor desafío para los ingenieros que trabajaron en él.
La energía que aquí se obtiene viaja por una intrincada red hasta Puerto Madryn, donde es utilizada sobre todo para poner en funcionamiento la fábrica de aluminio Aluar que tanta importancia tiene para la economía regional.