Así surgió el primer molino utilizado para el trigo que se obtenía en estos campos y que se conoció con el nombre de “Molino Los Andes”, que perteneció a la compañía de John Evans. Hoy este predio es un museo que reúne en su interior todos los elementos para armar una cronología bastante completa de la vida en el valle, las peripecias que tuvieron que padecer quienes se animaron con este suelo y la impronta que este pueblo imprimió a la cultura del lugar.

El Molino Nant Fach constituye un Museo de importancia en Trevelín ya que se trata de una réplica de los molinos familiares que caracterizaban esta zona a fines del Siglo XIX y que hicieron posible el surgimiento de la región como productora de harinas. Visitar este Molino nos remonta a una época distante, donde el estilo de vida era diferente y donde los inmigrantes hicieron de estas tierras su nueva casa.

A muy pocos kilómetros de Trevelin se encuentra la Cascada Nant y Fall. Su nombre deriva del idioma galés y significa: Arroyo de los Saltos. Es una hermosa caída de agua que forma varios desniveles que discurren entre las rocas del lugar, mientras se sucede el paso del agua proveniente del Lago Rosario al Río Futaleufú. Posee un sistema de pasarelas que nos permiten visualizar de cerca la cascada y caminar entre el bosque... en un ambiente único en el que se puede pasar una tranquila tarde, en contacto con la naturaleza.

Como todo pueblo argentino, Trevelin y la familia galesa Evans poseen una historia para contarnos. Se trata del Caballo Malacara y su dueño John Daniel Evans, colono galés que pobló junto a muchos inmigrantes estas tierras chubutenses.

Cuando Evans arribó a las costas de Chubut en el Barco "Mimosa" tomó la decisión de emprender su camino hacia la zona cordillerana, fue así como Evans junto a otro grupo de inmigrantes comenzaron el trayecto.
John Evans cruzó la provincia de Chubut junto a un caballo llamado Malacara. Se lo había comprado a un indio de la zona y estaba especialmente entrenado para recorrer estos terrenos.

La historia nos cuenta que luego de estar asentado en Trevelin, John Evans tomó su mejor caballo y salió a cazar. Durante el trayecto, en marzo de 1883, el grupo fue atacado por un malón indígena. Los compañeros murieron en el ataque, pero la suerte de Evans fue otra...
Gracias a la fuerza de su caballo "Malacara" logró saltar un barranco de casi 4 metros de altura y salvó a su dueño de una muerte segura.

Malacara estaba muy herido, tras días de caminata y pocos momentos para descansar el caballo llegó al límite de sus fuerzas. Fue allí cuando Evans le demostró a su fiel amigo el agradecimiento por haber salvado su vida y lo arrastró durante kilómetros hasta destino.

Con el cuidado necesario, Malacara se recuperó y se transformaron en amigos inseparables.
Hoy como muestra de esa amistad y en conmemoración a su accionar heroico, el Caballo Malacara posee una tumba propia cerca de la casa de la Familia Evans.

Cerca de su tumba podrán visitar el museo homenaje a John Evans, su caballo Malacara y las historias de ambos.

Es, sin lugar a dudas, una de las ceremonias más amistosas y cordiales que se han transmitido de generación en generación hasta nuestros días. Una ceremonia que invitaba a los visitantes y que agregaba calor a los largos trayectos a caballo o en carreta.

Los estudiosos del tema indican que, en realidad, las raíces son más inglesas que galesas... pero de todas maneras se han ido agregando elementos propios de la zona para generar un valor agregado que es insuperable.

Quienes hemos tenido la posibilidad de transcurrir una tarde en alguna de estas Casas de Té, sabemos muy bien que será imposible ingerir ningún otro alimento por lo menos en 24 horas. El más exquisito té, acompañado con la tradicional Torta Galesa, cuya receta difiere de acuerdo a la comarca donde se la consuma.
Una de las características de esta torta es que puede preservarse por períodos muy largos y se ha convertido en el hito de la cocina galesa.

Con la infaltable azúcar negra y el agregado de frutas secas y abrillantadas, se ha logrado un producto que abastece nuestro mercado y se ha impuesto mundialmente.

Pero la mesa no termina con esta magnífica torta, un verdadero festival gastronómico se manifiesta ante nuestros ojos... en una mesa totalmente engalanada con la mejor vajilla de porcelana, la tetera cubierta con un fino tejido de crochet, tortas frutales, tortas de crema, coco, manzana, lemon pie, los famosos scones y el más exquisito pan casero y dulces con frutos del lugar.

Cada una de estas Casas de Té encierran la historia de los pioneros, aquellos primeros hombres que buscaron en esta tierra la promesa de un futuro mejor.
Llenas de anécdotas, sus dueños son grandes contadores de historias que encierran el milagro del trabajo y el tezón de aquellos que llegaron a Chubut cuando nadie se animaba a recorrer sus huellas.

Si estás en Trevelín,
no podés dejar pasar la ocasión de una tarde especial

Estamos, una vez más, frente a un hecho impresionante de la naturaleza. Esta cuenca reúne infinidad de lagos que se interconectan, gira insospechadamente hacia el oeste y finalmente vierte su caudal en el Océano Pacífico, definiendo así una impresionante divisoria de aguas que durante mucho tiempo ha traído muchos inconvenientes limítrofes entre Argentina y Chile.

Entre los años 1973 y 1978 se llevó a cabo en nuestro país un proyecto que tenía como finalidad el aprovechamiento de esta zona para la obtención de energía hidroeléctrica, teniendo en cuenta los desniveles que marcaba la cuenca lacustre fluvial.

Así surge, a tan sólo 18 kilómetros de Trevelin, esta majestuosa obra de ingeniería que puede ser recorrida en forma individual o con un guía del lugar. Un fabuloso camino en zig-zag nos hace ascender hasta la parte superior de la represa, donde se puede observar el lago Amutui Quimey, en lengua mapuche significa “belleza perdida” y reúne las aguas de la cuenca en un lago artificial de gran envergadura.

Una compleja obra que toma el agua del Río Futaleufú la embalsa en un túnel que atraviesa una montaña y que representó el mayor desafío para los ingenieros que trabajaron en él.
La energía que aquí se obtiene viaja por una intrincada red hasta Puerto Madryn, donde es utilizada sobre todo para poner en funcionamiento la fábrica de aluminio Aluar que tanta importancia tiene para la economía regional.