Una leyenda circula entre los lugareños y cuenta que un joven indio se enamoró de Calabalumba, hija del hechicero de la tribu que dedicaba su vida a perseguir a los enamorados.
La pareja finalmente es alcanzada por el hechizo y transformados él en el Cerro Uritorco y ella en el río que corre entre sus laderas y cuyo caudal representa las lágrimas que esta muchacha derramó por su amor.

El Cerro Uritorco tiene 1979 metros de altura y está ubicado dentro de una propiedad privada, puede realizarse el ascenso habiendo pasado previamente por la recepción donde se les darán las indicaciones y recomendaciones pertinentes para llegar hasta la cima.
Podemos acceder a pie hasta la cima del Cerro, luego de un camino de 5km de longitud y aproximadamente 4 horas de ascenso.

Muchas historias místicas rodean al Cerro Uritorco...
hay quienes dicen que el Cerro alberga en su interior un mundo diferente al nuestro, donde viven extraterrestres y hay mucha más personas que aseguran haber sido parte de avistajes de OVNIS en esta zona.
Será por la estrucutra geológica de sus rocas (pirita, azufre, uranio), por la expectativa de poder ver algo misterioso o por nuestra imaginación, todos concuerdan en algo: el Cerro Uritorco posee una energía particular que atrae a muchos y si uno lo permite puede transportarte a otro mundo.

Desde el año 1986 la zona del Cerro Uritorco se transformó para siempre. En diarios, revistas y tv de ese año quedaron registrados los rastros de, lo que se supone, un OVNI.
Hay fotos que acredita ese hecho al mostrar una enorme zona quemada en una de las laderas del Cerro Pajarillo, luego del avistaje.

El terreno quemado tenía forma de óvalo, solo había dañado la vegetación superficialmente, los animales habían tenido una especie de "momificación" y relatos de ese día especial respaldan la historia.

Mas tarde, en el año 1987, un importante incendio azota la ladera del Cerro Pajarillo, afectando una extensión de 5km excepto la zona del óvalo. Una historia más para sumar al Cerro Uritorco y su zona de influencia...

En la ciudad de Capilla del Monte el centro comercial más importante se encuentra enmarcado por una calle techada. Se trata de la principal arteria del lugar denominada Diagonal Buenos Aires, construida en el año 1964 en ocasión de llevarse a cabo en esta localidad una Exposición Internacional de Fotografía.

En esta calle se localiza la zona de más movimiento sobre todo durante las noches de verano.

Capilla del Monte cuenta con un importante Circuito Religioso, cada Capilla y Parroquia cuentan con un diseño arquitectónico particular que las caracteriza dentro de la región.

PARROQUIA SAN ANTONIO DE PADUA
Se encuentra sobre la Calle Hipólito Irigoyen, a 5 cuadras de la Ruta 38. El lugar que ocupa el edificio perteneció a la antigüa Capilla del Monte y que dió nombre a la localidad.
La parroquia fue construida a principios del Siglo XX, con base de piedras y donde se celebra la fiesta patronal todos los 13 de Junio.

CAPILLA DE LA VIRGEN DEL VALLE
La encontramos sobre la Ruta 38, pasando Capilla del Monte. Ha sido construida en piedra, con aberturas en algarrobo con imponentes vitreaux que iluminan el interior. En lo alto, una campana traida desde la Provincia de Santa Fe.

CAPILLA NUESTRA SEÑORA DE POMPEYA
Si tomamos la calle Salta y cruzamos la ruta 38, llegamos a la Capilla Nuestra Sra. de Pompeya. Su construcción se debe al pedido expreso del Señor Juan Tognosi, quien donó dinero para su construcción y una vez fallecido fué sepultado en la Capilla.

CAPILLA DE LA VIRGEN DE FÁTIMA
Es una réplica de la Capilla original, construida en el año 1987. En ella descansan los restos del Párroco de Capilla del Monte, el Padre Cesar Ferreyra. Todos los 13 de mayo se festeja la fiesta de la Virgen de Fátima.

VÍA CRUCIS EN EL CERRO LAS GEMELAS
Por la Av. Las Gemelas llegamos al Cerro homónimo, donde podemos disfrutar de un Vía Crucis que consta de 15 estaciones. Todas las imágenes son obra del Artista Pedro Scalisi y han sido esculpidas en Yeso. Aquí mismo, se realizan todos los Viernes Santo el Vía Crucis.

Saliendo de Capilla del Monte por medio de la Avenida Hipólito Irigoyen, al cruzar la Ruta se transforma en Av. Las Américas, se arriba a una zona de sierras bajas en las que se puede observar una formación rocosa muy especial conocida con el nombre de “El Zapato”. Esta roca, de origen muy antiguo, aparece dentro del paisaje mostrando la erosión eólica y fluvial que sufrió todo el valle de Punilla. De un color rojo intenso, es casi un elemento emblemático de esta localidad.

Muy cerca de El Zapato se encuentra el Murallón del Dique El Cajón, inaugurado en el año 1993. Una vez que arribamos a la zona del estacionamiento, podemos realizar una caminata por el mismo.

Hacia la derecha podemos observar un interesante cañadón surcado por las aguas vertidas desde el Lago El Cajón y si miramos hacia la izquierda, se puede disfrutar de la inmensidad del Lago.
Esta zona cuenta con todos los servicios para pasar el día, hay un balneario y pueden realizarse todo tipo de actividades náuticas.

En el año 1585 las tierras que hoy corresponden a Capilla del Monte fueron otorgadas a una familia para su administración y cuidado. Muchos años después, un descendiente de esta familia se encargó de organizar el primer asentamiento de la zona y comenzar con lo que hoy conocemos como Capilla.

Luego de la llegada del Ferrocarril las necesidades de la población cambiaron, la hotelería y lugares turísticos hicieron que la geografía del lugar fuesen variando con el tiempo. Fue de esta manera que Capilla del Monte se transformó en un importante lugar de veraneo.

Finalmente, hacia la década del ´60 el proyecto del Dique comenzó a dar sus primeros pasos, con los objetivos de: atenuar las crecidas del Río Dolores, mejorar el sistema de riego de la región y obtener un atractivo turístico más.

Luego de transitar desde el centro de Capilla del Monte por la Ruta 38, nos encontramos un cartel que indica el camino hacia el Parque Autóctono, cultural y recreativo “Los Terrones”.

Por medio de un camino de ripio, luego de un trayecto en auto a paso lento, podemos divisar a lo lejos rocas con formas "raras". De un color rojizo y mientras nos acercamos van tomando forma, asemejándose a objetos y figuras que les dan el nombre a cada una.

En Argentina contamos con pocos ejemplos de este estilo, teniendo cada uno un valor inigualable en la geología del país: Ongamira y Los Terrones en Córdoba - Los Altares en Chubut - Piedra del Águila en Neuquén - Talampaya en La Rioja - Ischigualasto en San Juan y Valla de la Luna en San Juan.

El imponente relieve surge en un segundo, inmerso entre cerros y vegetación frondosa. Se componen de areniscas de origen triásico que han sufrido el paso del tiempo y la erosión de ríos y vientos.
Esta zona se conoce con el nombre de Quebrada de La Luna, en un paisaje desordenado se localizan formas caprichosas labradas por los distintos tipos de erosión en las areniscas rojizas.
Las formaciones más importantes son “la ciudad perdida”, "la bota", "el honguito" y muchas otras que desafían la pericia de los visitantes.

Una vez arribados al punto 0 "cero", nos encontramos con guías especializados que nos proponen emprender 2 caminos posibles.

1- Para los que no tienen práctica: una caminata de 200 metros por un sendero en el cual pueden observar la vegetación de la zona, llegar a un Mirador donde escuchar historias de OVNIS y disfrutar de las principales formas labradas en las rocas que forman Los Terrones.

2- Solo para quienes tienen el coraje, la opción de trekking durante 2 horas a lo largo de una senda que nos da paso a cruzar el relieve y la vegetación para llegar a cuevas con historias. El relato del guía sumado a nuestra imaginación pueden llevarnos a vivenciar como era la vida de los antigüos pobladores de la zona: los Comechingones. En la zona existen grutas formadas por erosión eólica, que fueron habitadas por pueblos que dejaron numerosas muestras de su existencia en el lugar. La mayor parte de estos relictos arqueológicos se han perdido por sucesivos robos y la incidencia de visitantes que destruyeron los petroglifos existentes.

Durante el trayecto de arribo a Los Terrones, podemos tener una vista panorámica de la formación y comenzar a disfrutar de los objetos tallados por el paso del tiempo.
Si observamos y giramos la foto se puede ver claramente la Cara de un Indio (ojo, nariz y boca), hasta podemos pensar que tiene un gorro puesto y una especie de máscara.

Si volvemos al mismo camino que nos condujo a Los Terrones, podemos avanzar 10km sobre camino de ripio y acceder a Ongamira.
Se trata de un valle de características particulares, perteneciente al período prehistórico.
En todas las zona predominan las areniscas rojizas, que han sido labradas por el accionar de los vientos y de las lluvias de la región.

Un grupo aborigen pobló la zona hace unos 8000 años, esta cultura se conoció como “Ayampitín”.
En el siglo II de la era cristiana arribó una cultura más avanzada que dio origen al pueblo comechingón. Este pueblo luchó encarnizadamente con los españoles por la posesión de la tierra.