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Si venimos avanzando desde Córdoba Capital, por la Ruta N° 38 con rumbo hacia el norte, al llegar al cruce San Esteban hay que dirigirse hacia el Este y después de andar algo más que unos 2 kilómetros se podrá ingresar a Los Cocos.
Una localidad ubicada a 1250 metros sobre el nivel del mar, que remonta sus orígenes al Siglo XVII , donde una parcela fue cedida como dote a una de las hijas del Capitán Zevallos quien se afinca en este lugar.
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La curiosa denominación actual se debe a la presencia en toda la región de palmeras cocoteras, que crecen en forma salvaje y que dieron origen a este nombre como “el paraje de Los Cocos”.
Después de varias sucesiones, la tierra se fue dividiendo hasta que a principios del siglo XX se realiza el primer loteo, que dio como resultado la compra de terrenos para la construcción de casas de veraneo, dada la belleza natural de la zona.
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Muchos funcionarios ingleses, afectados al tendido del ferrocarril, fueron los primeros en adquirir parcelas para sus casas de descanso.
Muchos artistas se han refugiado en esta localidad que, en algún momento, llegó a tener más de 2000 habitantes permanentes y que hoy no sobrepasan los 800 habitantes.
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EL MÁSTIL - emblema de la ciudad en el Cerro El Camello |
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Los cerros parecen acechar a Los Cocos, uno de los más famosos es El Camello que tiene un grado de dificultad medio en su ascenso.
La cima está ubicada a más de 1600 m.s.n.m y es en ella donde se localiza la obra de homenaje a nuestra bandera, levantada por Eduardo Grimberg y un trabajo de estética realizado en las paredes por la artista Ernestina Azlor.
Este monolito tiene una altura de 31 metros y se puede observar desde distintos puntos del valle.
Quienes se animan a llegar a este punto panorámico, pueden observar el mástil que se ha transformado en el emblema de la ciudad (aparece en el escudo de Los Cocos).
Desde alli se puede apreciar el valle en plenitud, las pampas circundantes y en días despejados hasta las salinas riojanas.
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Este museo tan particular está funcionando en una fabulosa casona donada por la familia lugareña llamada Majorel.
Allí hay exposiciones permanentes, y se realizan todo tipo de actividades culturales.
En parte de sus salas está la biblioteca popular y también se dictan cursos de distintas disciplinas.
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Es un parque temático que incluye, entre otros atractivos, un impresionante laberinto de setos vivos muy concurrido sobre todo durante el verano.
Este mismo predio posee una telesilla, y museos temáticos entre los que se destacan: el Patio Andaluz , el Museo Apícola , y el Museo Argentino entre otros.
Ideal para visitar en familia, sobre todo porque ofrece distintas posibilidades para los más chicos.
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Construida en 1934 por el arquitecto Ángel Guido, qien fuera el diseñador del Monumento a la Bandera en la ciudad de Rosario.
Recubierta de piedra del lugar, ostenta un estilo reconocido con el nombre de “americanista” , que fue muy novedoso y moderno dentro del Valle de Punilla.
Es la congregación Hermanas de Santa Ana, la encargada del cuidado de esta capilla, ya que residen en una casa contigua que manifiesta el mismo estilo.
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