A 30km de la capital salteña y llegando a los 1520 metros de altura, nos encontramos con Campo Quijano: reconocida en la Quebrada como "El Portal de los Andes".
Nacido a comienzos del siglo XX junto con la construcción del ferrocarril con destino a Socompa, se ubica a 3km de la desembocadura de la Quebrada del Toro y posee un estilo arquitectónico típico de la época colonial que nos transporta a siglos anteriores y rodeado de la naturaleza más pura.

Foto: Municipalidad Campo Quijano

Con una altura máxima de 23 metros y 260 metros de longitud, se trata de una importante obra de ingeniería que surca la Quebrada del Río El Toro.
El recorrido invita a caminar sobre las vías y obtener panorámicas exclusivas de la Quebrada.

Posee uno de los miradores más bellos del noroeste argentino; se ha podido localizar, en un sitio muy alto, los cimientos de casas, calles y sepulturas que estuvieron habitadas por una floreciente civilización hasta el siglo XV.

Hoy en día se observa un contraste inmenso entre lo que fue la floreciente ciudad aborigen y el poblado actual que está conformado por un puñado de casas. Las Ruinas de Tastil  están ubicadas sobre un morro de más de 60 metros de altura y posee restos de 440 complejos habitacionales que están distribuidos en un área aproximada de 12 hectáreas (se calcula que allí vivieron más de 2000 personas).

Otra curiosidad de este damero es que posee 5 plazas mayores pero no se han identificado caminos o calles; se supone que caminaban por los muros de las construcciones y se introducían en las viviendas por huecos en los techos. La importancia económica de Tastil residía en que por su ubicación estratégica era el nexo económico entre los pueblos que habitaban la Puna y los valles productivos. Esta zona arqueológica fue excavada por el arqueólogo Eduardo Mario Cigliano y la mayor parte de las piezas rescatadas están expuestas en el Museo de Salta.